Mercé Martínez Seguer

Orientalische Wunden, Primavera Fotogràfica, Generalidad de

Catalunya, Barcelona 2000

 

Mercé Martinez Seguer

www.cripta.be/HEIDI LICHTENBERGER

 

Dr. U. Oberdiek

www.cripta.be, Visions de Futur 2000, Generalidad de Catalunya,

Barcelona 2000

deutsch

spanisch

 

Vortrag Prof. Dr. Lohmüller, Freiburg,

Lutherkirche 2004

 

 

Mercé Martínez Seguer

Orientalische Wunden

Primavera Fotogràfica,

Generalidad de Catalunya, Barcelona 2000

 

Bajo el titulo de Orientalische Wunden (Cicatriz Oriental), la fotógrafa alemana Heidi Lichtenberger (Stuttgart 1965) expone una singular visión de la China contemporánea, resultado de las experiencias vividas a lo largo de diversos viajes por este país asiático.

El Oriente de Lichtenberger queda lejos de la percepción idealizada por los románticos del siglo XIX, o de la mirada poética de aquellas delicadas leyendas chinas de Anna d'Ax repletas de lotos, jazmines, nenúfares y porcelana. La artista enfoca su ojo fotográfico en la realidad cotidiana del presente chino, y nos plantean un sugerente paseo por un monochromo y, al mismo tiempo, contratado paisaje social.

A pesar de la dura contemporaneidad, su visión de la China mantiene sutiles lazos de unión con aquellas tradicionales casas de té, como la retratada literariamente por Lao She, que se convertian en punto de encuentro de gente muy diversa, escenarios de un significativo microcosmos social.

Las fotografías de Lichtenberger son composiciones armónicas y sugerentes de seres que despersonalizados por el fragmento o el contexto de su cotidianidad, alcanzan un valor simbólico; son imágenes en las que podemos percibir una muy peculiar fusión del "instante decisivo" de Cartier-Bresson y de los fragmentos y de los "fragmentos de la vida urbana" de aquellos fotógrafos americanos como Lee Friedlander, se formaron bajo de la influencia de Robert Frank. En Orientalische Wunden la mirada del artista no se limita a captar los elementos efímeros de una escena; a menudo nos plantea complejas composiciones visuales que, de repente, nos desafían a descubrir aspectos nuevos en elementos lo bastante conocidos de la sociedad china, y a completar, mediante la intuición, la fragmentada realidad de su obra. Se trata de imagenes sugerentes, evocadoras de una poética sintética, que se convierten en intimistas sinédoques de la China actual.

 

Mercé Martínez Seguer

www.cripta.be/ HEIDI LICHTENBERGER


"El muro que ahora a nacido, el gobierno no lo desea, seguramente preferiría
que no existiera, pero actualmente se yergue realmente entre la ciudadanía."
Günter Grass

Con www.cripta.be la artista alemana Heidi Lichtenberger (Stuttgart 1965)
nos propone un interesante y subjetivo recorrido por el Berlín contemporáneo
a través de un muro virtual, símbolo de ese nuevo muro al que alude Günter Grass;
obstáculo incorpóreo pero sensiblemente perceptible que nació tras la destrucción
del muro físico.
El muro de H.Lichtenberger, creado a partir de fotografías en soportes
transparentes, se nos presenta como una metáfora radiográfica de los acontecimientos
históricos, sociales y emotivos que se generaron alrededor de la construcción
y demolición del viejo "muro de la vergüenza". Para ello la artista recurre
a muy diversas fuentes de documentación visual (fotografías personales de un reciente
viaje a Berlín, fotos de archivos museísticos, imágenes televisivas, de internet...) que
en ocasiones ubica en contenedores tan singulares como cajas de relojes antiguos,
de calendarios, de discos digitales, de cartuchos de polaroids, los cuales, efímeramente,
se transforman en contenedores de memoria, actualidad y visión de futuro;
pero quizás sea el propio título de www.cripta.be ,el contenedor temporal más sinóptico,
aquel que de manera más sintética alude a la esencia de la obra de H.Lichtenberger:
la percepción fotográfica de una difícil unificación y de una asimétrica realidad alemana.

Mercè Martínez Seguer

 

 

Dr. U. Oberdiek

 

www.cripta.be, Visions de Futur 2000,

Generalidad de Catalunya,

Barcelona 2000

 

Umgreifende Veränderungen der politischen Systeme kennzeichneten das Ende
des 20. Jahrhunderts: Im Osten öffneten sich Grenzen und wurden neu
definiert. Die Epoche des Übergangs ins neue Jahrhundert geht einher mit der
rasanten Entwicklung neuer Technologien. Vergleichbar mit den die
menschlichen Sehweisen revolutionierenden Erfindungen der Eisenbahnen,
Hochhäuser und schlussendlich der Fotografie selbst werden die neuen Medien
der Dimensionen Wahrnehmung in Raum und Zeit verändern. Virtuelle
Bildspeicher sind Teil des scheinbar objektiven, additiven Gedächtnisses an
historische Ereignisse, während unser menschliches Bildgedächtnis
individuell, subjektiv und selektiv arbeitet.
Die Ausstellungsinstallation von Heidi Lichtenberger verfolgt in sich
ergänzender Weise die Reflexion über die geschichtliche Grenze der Mauer in
Berlin und die visuelle, durch die Medien geprägte Erinnerung daran.
Partielle Aneinanderreihungen von graphischen Informationen auf und in
verschiedenen Bildträgern verweisen inhaltlich und räumlich auf die Mauer,
die Westberlin einschloss und vom Osten Berlins trennte.
Transparente Bildträger zeigen mit der Grenzsituation zusammenhängende,
stark kontrastierte, vereinfachte, die Grenzrealität repräsentierende
Zeichen wie Handschellen, Minen, Grenzkreuze, Mauerstücke, die Auflistung
der Mauertoten etc. An manchen Bildstellen lassen die transparenten
Bildsteilen dahinter gehängte Farbbilder erscheinen. Blickwinkel und
Fokussierung des menschlichen Auges vermitteln unterschiedliche Sichtweisen
ein und desselben Bildpaars.
Als weitere Bildträger für digital behandeltes fotografisches Material
werden Objekte wie Tischkalender, Taschenuhrgehäuse, gebrauchte
Polaroidkasetten oder Plastikkameras mit Drehscheiben benutzt. Die
entfremdeten, aus dem Internet, vom Fernsehen, aus Zeitschriften oder Museen
abfotografierten und dekontextualisierten Fotos werden erst durch Ziffern,
Buchstaben oder Zeichen identifizierbar: nicht der materielle Bildträger,
sondern die Datumsangabe gibt uns Hinweise auf die geschichtliche Situation
und die Vergangenheit. Mit der Digitalisierung der Bildinformationen und des
Bildgedächtnisses entfällt der Prozess des "Vergilbens" eines Fotos,
kunsthistorische Methoden der Altersbestimmung von Farben oder von
fotografischen Verfahren werden in der Zukunft durch neue ersetzt werden
müssen.
Taschenuhrgehäuse und Polaroidkasetten werden so symbolische Träger der
geronnenen Zeit. Transparente Raumaufteilung steht letztendlich nicht nur
für die verschwundene, nur noch in Erinnerung und im subjektiven und
kollektiven Bildgedächtnis bestehende Mauer, sondern darüberhinaus für einen
sich verändernden Raum- und Wahrnehmungsbegriff der neuen
Mediengesellschaft.


El final del siglo XX se ha caracterizado por profundas transformaciones en los sistemas políticos: en el Este se abrieron fronteras y se volvieron a establecer.

La época de transición al nuevo siglo ha ido acompanada del desarollo acelerado de nuevas tecnologías. Comparativamente a cómo los descubrimientos de la electricidad, los ferrocarriles, los rascacielos o finalmente, la fotografía misma, revolucionaron la perspectiva del hombre, los nuevos medios de las dimensiones cambiarán la percepción de espacio y tiempo: almacenes virtuales de imagénes son parte del recuerdo objetivo y aditivo de los acontecimientos historicós, a la vez que nuestra memoria visual trabaja de manera individual, subjetiva y selectiva.

El montaje de la exposición de Heidi Lichtenberger persique dos reflexiones complementarias, una sobre la frontera histórica del muro de Berlin, y la otra, sobre el recuerdo visual marcado por los medios de communicación. Series parcialmente encadenadas de informaciones gráficas ubicadas encima y en el interior de diferentes soportes nos remiten, en el contenido y en el espacio, al muro que rodeaba Berlín Oeste y lo seperaba de Berlín Este. Soportes transparentes muestran signos relacionados con la situación de frontera, signos muy contrastados, simplificados, abstractos, representativos de la realidad de frontera como: esposas, minas, pasos fronterizos, trozos del muro, la lista de muertos por el muro, etc. En algunas imágenes, las partes transparentes dejan aparecer detrás imágenes a color. El ángulo y el enfoque del ojo humano transmiten diferentes maneras de ver un mismo par de imágenes.

Otros soportes utilizados para el material fotográfico tratado digitalmente son objetos como: calendarios de mesa, relojes de bolsillo, cajas de Polaroid vacías o cámaras de plástico con discos giratorios. Las fotografiadas de Internet, de la televisión, de revistas o de museos, y descontextualizadas, sólo pueden identificarse a través de cifras, letras o signos. No es el soporte material de las imágenes, sino las indicaciones sobre la fecha lo que nos da referencias de la situación histórica y del pasdado. Con la digitalización de las informaciones y de la memoria gráfica, desaparece el proceso de decoloración de una fotografía. En el futuro, los métodos que hace servir la Historia del Arte para determinar la antigüedad de colores o procedimientos fotográficos se sustituirán por otros, como el dato sobre con qué medios electrónicos fueron registrados los objetos, con qué programa de ordenador, etc.

De esta manera, relojes de bolsillo y cajas de Polaroid se convierten en soportes simbólicos del tiempo coagulado. Finalmente, la división transparente del espacio no representa sólo el muro desaparecido, que ahora sólo existe en la memoria y en el recuerdo visual subjetivo y colectivo, comparable a estratos que significan situaciones del tiempo pasado, sino también un concepto cambiante del espacio y de la percepción de la nueva sociedad de los media.

 

Prof. Dr. Lohmüller

Vortrag in der Lutherkirche Freiburg zum Ausstellungsprojekt Altarbild 2004

 

Heidi Lichtenberger greift auf verschiedenen Quellen der visuellen Dokumentation zurück (Fotos von Museumsarchiven, Fernsehfotos, Internet) und Sie benutzt Dinge, die geeignet sind individuelle und kollektive Erinnerung zu versinnbildlichen und Zukunftsvision zu hinterfragen.
Virtuelle Bildspeicher sind Teil unseres scheinbar objektiven, additiven Gedächtnisses, das sich unter anderem an historische Ereignisse erinnert, während unser menschliches Bildgedächtnis individuell, subjektiv und selektiv arbeitet.

Eine sehr erhellende Synapsencollage sozusagen, die zu Erkenntnissen führen kann.
Die Entwicklung neuerer Technologien geht einher mit einer zunehmenden Virtualisierung von Politik, Macht und Geld. Und führt unweigerlich zu einer Befragung unseres individuellen Gedächtnisses. In ihren Arbeit benutzt Lichtenberger symbolische Träger der geronnenen Zeit und setzt sie collagierend und montierend ein. Das Ergebnis sind Projektionen. Sie zeigen formal ähnliche, inhaltlich jedoch sehr differenzierte Gegenstände. Farbe und Form von Planeten verändern sich in Detailansichten von Augen und Nervenbahnen.

Der Begriff Morphing, die fließende Veränderung einer in Farbe und Form verwandten Dinge, beschreibt die Suche nach gemeinsamer Struktur, wie sie unter anderem auch Claude Levi Strauss in seinen Theorien zum Strukturalismus vordachte. Das fließende In-Einander-Über hat auch systemischen Charakter und fragt nach der Entwicklung von Menschen generell, den Gemeinsamkeiten, aber auch der eher demütigen Haltung Teil eines prozesshaften Ganzen zu sein.
Aufgelöst wird dies in einer Ästhetik, die auch mit der schönen Natur des Gefährlichen spielt.
Die Laufschrift arbeitet ähnlich im zeitlich orientierten Kontext der freien Assoziation, die unsere ständige Suche nach Verknüpfung herausfordert.

selig, global, durst, mond, blut, gerecht, stadt, aids, hunger und, und, und...

Lichtenberger reflektiert in ihrer Arbeit über die derzeitige Situation der Beschleunigung unserer Welt, der inflationären Inventarisierung unseres Alltags und den menschlichen Bedürfnissen darin. Spiritualität spielt hier eine große Rolle auch in der Wahrnehmung von Zeit und Raum. Die flash animierte Installation - mit drei Beamern umgesetzt- zeigt eine Revision des Wahrnehmungsbegriffs. Als Wahrnehmung aus zweiter und dritter Hand, als Wahrnehmung unserer Umwelt und als Datenflut über unsere Welt und den Kosmos auch in uns.
Lichtenberger repräsentiert die Zwischenräume und die Dikrepanzen in uns und zeigt den mehrfach geteilten Kosmos. Und dies an einem Ort - dem Kirchenraum - , der lange Zeit für eine Bastion des ungeteilten Kosmos gehalten wurde und nun zunehmend eine Welt zur Seite hat, die durch Miniaturisierung und Medialisierung alles dransetzt, sich in einzelne sogenannte Module aufzuteilen. In der Arbeit von Lichtenberger steckt insofern eine positive Vision, als dass die Aussage auch dahin geht, dass die Kirche nicht zum Religionsmodul innerhalb einer zergliederten Gesellschaft wird.